Se dirigen también con los
tulipanes a casa de Karin, que fue la única persona que advirtió a Margo de la
infidelidad de Jase, claro ella en su momento no le creyó y llegó a llamarla
“Perra envidiosa”, es por esto que los tulipanes los deja en su puerta con una
nota de disculpa.
Siguiente destino, casa de Jase
que también es un lugar de difícil acceso, no por nada el papá de Jase es el
que ha construido esas casas con lujos exorbitantes, y por supuesto con
estricta seguridad y muchas alarmas, se bajaron de la minivan y tiraron otro de
los malolientes peces por la ventana de Jase, aunque Margo obstinada, quiere
siempre dejar su marca en todos esos actos y vuelve a dejar la letra M. Y la
frase “tu amor con Ms: duermes con los
peces” Todos los sistemas de seguridad se activan de nuevo y ellos huyen a
toda velocidad.
Después sigue Lacey, la otra
“mejor amiga” de Margo que se ha portado desleal o como Margo la define
traviesa y envidiosa, al no decirle la verdad sobre Becca y Jase cuando ella si
lo sabía, busca su auto y deja el tercero y último de los peces, Quentin es
aquí quien dibuja la letra M, y vuelve a dejar la misma nota, “tu amistad con MS: duerme con los peces”.
Y continúan con la novena parte
el edificio Sun Trust, esto aterra a
Quentin que no quiere meterse en problemas, Margo en esta parte usa un
interesante e inteligente juego de palabras, le dice que técnicamente sería
problema irrumpir, más no entrar que es lo que van a hacer, ella conoce
“casualmente” al chico que vigila el edificio, y el los deja pasar, en este
momento una de las cosas que se ve es que Margo parece llevarle ventaja en todo
a Quentin hasta en la condición física, ella sube todas las escaleras sin la
más mínima dificultad y para Quentin esto es más difícil, al llegar al último
piso entran en la sala de conferencias donde tienen una vista nocturna de la
ciudad entera, ¡Oh! Hasta en este momento entiendo por qué el libro se llama
ciudades de papel, para Margo todo esto es una ciudad de papel, con gente de
papel que se ve bien de lejos, pero de cerca muestran su verdadera realidad,
queriendo nada más tener cosas intrascendentes, lábiles como el papel. Este es
quizá uno de los momentos más humanos de Margo y Quentin se siente una suerte
de protector deseando con toda su alma llegar a ser el amor de Margo y hacerla
feliz.
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