En el inicio de este capítulo, el autor nos cuenta que él de pequeño dibujó una serpiente boa que se había tragado un elefante, sin embargo cuando le preguntaba a los adultos, le decían que su dibujo era un sombrero. Mi reflexión personal acerca de este capítulo es que no existe una sola manera de ver las cosas,y esto va perdiéndose al trascender de niño a adulto, sobre todo por la falta de imaginación y creatividad que los adultos tenemos y la necesidad de querer encajar en la "normalidad" de las cosas, en el mundo formal y pragmático que han creado los adultos y lo que creemos es o no es correcto según nosotros, de manera inequívoca. Me parece que el verdadero problema es cuando permitimos que todas estas cuestiones influyan en nuestra vida al cambiar lo que nos apasiona por lo que podría ser más conveniente para nosotros, en el caso de la obra el autor soñaba con ser pintor, pero por las ideas de adultos de su "escaso talento" en la pintura y por pensar que debía hacer algo relacionado con el cálculo, la política,etc, y es por esto que abandona su primer sueño para convertirse después en piloto. Es en este momento que nos damos cuenta de que el narrador, es decir el piloto, es Saint Exupéry, quien fue un aviador en los días en que la aviación poseía pocos instrumentos y volar era una tarea extremadamente difícil y peligrosa, uno de los pioneros de los vuelos postales internacionales y piloto durante la Segunda Guerra Mundial. Sus experiencias como piloto fueron a menudo su fuente de inspiración como escritor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario